Historia de Capri

Historia de Capri, retiro de vacaciones desde la antigua Roma

Actualizado el domingo, 20 junio, 2021

Historia de la Isla de Capri

Si estás pensando en Capri como tu próximo destino de vacaciones debes saber que estas eligiendo una meta vacacional histórica desde que el emperador Tiberio, enamorado de la belleza natural de la Isla Azul, decidiera trasladarse allí durante su exilio allá por el año 26 d.C. Momento desde el cual la isla empezó a adquirir ese aire de ciudad imperial, tanto a nivel arquitectónico con la construcción de importantes y suntuosas villas de las que hoy aún se pueden visitar tres Villa Jovis, Villa Palazzo di Mare y Villa Damecuta, de las doce originales que se edificaron, como a nivel de infraestructuras con la realización como el sistema hídrico y el puerto, la famosa Marina di Capri, que acoge ya sea a las pequeñas embarcaciones de pescadores como a los lujosos yates.

leyendas de la Isla de Capri

Todas estas mejoras empezaron a hacer de Capri una ciudad de ocio y descanso hecha a medida del emperador, aunque su belleza paisajística compuesta de preciosas grutas, como la Grotta del Monte Castiglione, la famosa Grotta Azzurra o la Grotta delle Felci e la Migliera cuya formación se remonta a los períodos Jurásico y Cretaceo, sus pequeñas calas como la Cala Ventroso, sus escarpados arrecifes y sus característicos Faraglioni todo ello circundado por aguas transparentes y cristalinas como espejos que sin duda eran ya un excelente reclamo turístico, como más adelante podremos ver.

Durante la Edad Media la isla sufrió uno de los momentos más turbulentos de su historia debido a los constantes ataques y saqueos por parte de los sarracenos que se llevaban a los habitantes de la isla como esclavos, motivo por el cual éstos en un principio se refugiaban en la Grotta del Monte Castiglione, hasta que a finales del siglo XI se construyeron las primeras fortalezas y murallas para proteger la ciudad a partir de los restos de una antigua muralla megalítica que se extendía desde las Colinas de la Cesina al Monte Castiglione, que hoy separan Capri de Anacapri, una pequeña aldea situada en la parte más alta de la isla.

Durante esta época dejaron también su huella la Orden de los Cartujos que llegaron a la isla apoyados económicamente por el mismo Papa Gregorio XI y la reina Giovanna I D’Angiò que pese al descontento de los habitantes de la isla construyeron el Monasterio de la Certosa di San Giacomo, un amplio complejo de estilo románico compuesto de Iglesia, Casa Alta, que alojaba el convento de clausura y Casa Baja en las que se encontraban las dependencias de servicio. Aunque todo ello se ha visto varias veces modificado a lo largo de la historia hasta llegar a nuestros días como un museo donde se exhiben las obras del pintor simbolista K.W. Diefenbach (1851-1913) que vivió en la isla desde el 1900 hasta su muerte, así como estatuas de época romana dedicadas a las divinidades marinas que se encontraron en el interior de la Grotta Azzurra.

Pero los Cartujos no fueron los únicos que en la Edad Media modificaron el panorama de la isla para siempre pues en 1535 el temido corsario otomano Khayr Al-Din, más conocido como Barbarroja atacó la isla destruyendo el Castillo de Anacapri, situado a 412 metros de altitud sobre el imponente Monte Solaro.

Hacia la Edad Contemporánea Capri comienza a adquirir el ambiente más glamuroso debido a la presencia en la isla de huéspedes de la realeza, la nobleza, de la política y grandes magnates de la industria, pero también artistas que encontraban en la isla esa privacidad y anonimato que les permitían gozar de las maravillas de la isla, algo que aún sigue atrayendo a famosos tanto nacionales como internacionales.


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